HISTORIA DE LA SEDE ACTUAL DEL ARCHIVO
Sede actual
La casa donde actualmente está ubicado el Archivo Municipal de Málaga es el resultado de la unión de dos inmuebles, uno que tenía fachada a la Alameda y otro a la calle del Peligro, actual Trinidad Grund. Se trata de un claro ejemplo del estilo denominado Modernismo Burgués.
En 1924 los tribunales de Justicia estaban instalados en unos locales de la calle San Agustín cuyo alquiler pagaba el Ayuntamiento y la Diputación Provincial pero este emplazamiento era costoso y no reunía las condiciones adecuadas.
El 4 de marzo de 1925 Tomás Rein le da la opción de comprar al Ayuntamiento la casa nº 25 de la Alameda Principal, que según informaba su familia eran propietarios desde 1881. El palacete, típica casa familiar burguesa del S. XIX, lo adquirieron el abuelo de Tomás Rein, Guillermo Rein Menescau y su mujer María de la Concepción Arssú y Marra-López, quienes lo legaron a Guillermo Rein Arssú, padre del primero. Según Francisco Bejarano debió ser la familia Loring los que habrían edificado la casa, pero por ahora no hay constancia documental de tal hecho.
En la sesión de la Comisión Municipal Permanente del día 5 de marzo de 1925 y en el Pleno del 16 de mayo del mismo año se aprobó la moción para la compra del edificio. La escritura de compraventa se firmó el 30 de junio de 1925. La idea del Ayuntamiento era establecer en el inmueble la Audiencia, los tres juzgados municipales y los tres de instrucción.
El arquitecto municipal, Fernando Guerrero Strachan fue el encargado de transformar la casa en Juzgados. Se ocupó de dar al inmueble un carácter de edificio público, para lo cual, instalaría una portada que debió traerse de otro edificio emblemático malagueño que en la actualidad desconocemos de cual se trata. En 1911, Guerrero Strachan fue junto a Manuel Rivera Valentín los autores de la actual sede del Ayuntamiento en la Avenida Cervantes.
Este edificio fue sede del Colegio de Abogados de Málaga, de la Audiencia de Málaga, en 1964 de la Facultad de Ciencias Económicas, y en 1989 y tras las oportunas obras de acondicionamiento, se trasladó el Fondo Documental , así como la Biblioteca y Hemeroteca Municipales. Fue inaugurado el 19 de febrero.
Imágenes del edificio del Archivo Municipal
Origen de la sede del Archivo
En el primer volumen de Actas de Cabildo, en los folios 258v a 260v, figura una relación de los documentos custodiados por el Escribano del Cabildo dentro de un arca y que puede considerarse el primer inventario del Archivo Municipal de Málaga.
La historia o motivo del hecho fue como sigue: En el Cabildo del día 17 de enero de 1494 entró Pedro de Zamora, escribano público, con un poder de Pedro Fernández de Madrid, titular de la Escribanía Mayor del Cabildo de Málaga, revocando el oficio, como teniente, a Juan Garrote, que lo había venido ejerciendo y dándoselo a Pedro de Zamora.
La ciudad recibió a Pedro de Zamora como teniente de escribano mayor de Cabildo y mandó a Juan Garrote que entregara y diera "el libro registro y todas las otras scripturas tocantes a la çibdad", es decir, el inventario de la documentación que había custodiado, algo habitual siempre que había un cambio de cargo.
LAS ARCAS DE TRES LLAVES
Los archiveros suelen identificar arca de tres llaves con archivo, pero esta afirmación no siempre es correcta.
En siglos pasados se utilizaron, a modo de cajas fuertes, arcas donde se guardaban los tesoros y objetos de valor[1], dinero del pan de los pósitos municipales y arcones y baúles donde dinero y documentación coexistían y compartían espacio. A su vez estas arcas se introducían en otras, se reforzaban con hierros, se enrejaban las ventanas de sus sedes, se ataban con cadenas, y en general, como continentes de grandes valores monetarios o testimoniales, para mayor seguridad, se resguardaban todo lo posible[2].
Normalmente eran tres las personas que debían unirse para abrirla pero, ¿por qué tres y no cuatro o dos?. La respuesta tal vez tenga relación con la etimología de la palabra "testigo" derivada del latín testis o tristis, que hace referencia al tercero que intervenía en un juicio y que formaba la tríada perfecta.
Castillo de Bobadilla afirma que tres es el número indicado para testimoniar en cualquier supuesto[3] . El mismo autor opina que las escrituras y los privilegios de las ciudades y pueblos debían estar "en un arca o archivo con tres cerraduras"[4] .
La primera mención en el Cabildo de Málaga al uso de un arca se encuentra en el acta del diez de mayo de 1491, en que reunidos los municipales en "la Casa de la Trinidad", mandaron comprar un arca grande a la que se pusieran tres cerraduras y se reforzara con hierros. "... para questen los prevyllejos e scripturas de la Çibdad quesan destar guardados e que tenga la una llave de la dha arca el señor Garcia Fernández Manrique Justicia Mayor e la otra un regidor que la Çibdad diputare e nombrare e la otra el scribano de cabildo. Diputaron a Diego Romero e Alonso Chirino regidores e a Fernando de Unçibay jurado que la busquen e ygualen e mandaron al scribano que haga la libranza de lo que costare para que la pague el mayordomo".
El arcón que había contenido las escrituras de los repartimientos y que tenía solamente dos llaves, fue sustituido por esta otra arca en la que, tal vez al añadir una cerradura más y quedar custodiada por un regidor y el escribano del Ayuntamiento, salía en parte del poder exclusivo de la Corona quien nombraba a los Corregidores.
Teniendo en cuenta que el Ayuntamiento no tuvo sede fija hasta 1529, el Archivo pasó de la morada de un custodio a otro hasta el año en que se ubicaría en las Casas Capitulares de la Plaza Mayor. Durante todo ese tiempo coexistieron ambos usos[5], dinerario y archivístico, y el Cabildo nutría su estructura administrativa con diversas arcas que se cerraban con al menos tres llaves.
Pero, ¿cuál fue el contenido exacto del arca del Archivo malagueño en los últimos años del siglo XV?. La respuesta no puede dárnosla sino es el inventario del mismo. Pero, ¿existían inventarios en esa época? Claro que sí, ya que un archivo, en nuestro caso, un arca o mini-archivo, no es nada si esa documentación no cuenta con un instrumento de descripción primario, es decir, con un inventario.
He aquí el documento que describe ese contenido en el año 1494. Se trata del primer inventario de la documentación municipal malagueña.
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